domingo, 17 de enero de 2010

Pasillo en el hospital.

Pasillos blancos, pasos de doctores y todos en la espera.
Espera de un anuncio, de un nacimiento o mas bien de una muerte.
Mi madre dice que es bueno llorar, llorar por quien todavía no se ha ido.
Sigo aquí, en el hospital cercano a mi casa. Ruidos, vías del tren, me agarro mi cara para sostener el diluvio de agua de mis ojos, las voces de las enfermeras por mi cabeza, y el abuelo desde la nube mas brillosa llamando a la abuela, y yo llorando por ella.

Horas de insomnio, horas de ultimas esperanzas, estado de la abuela inconsciente.

Respuesta de ella: Ya no quiere vivir. No puede vivir más sin el abuelo. Duda o fe? Habrá un solo Dios? Ángeles, El inconformismo de tener miedo a la felicidad, Que sera?

Y yo queriendo ser la persona más abrazable de la historia, abrazo a Mía, me abruma mi propia familia, salgo del cuarto, hace frió afuera, sigo en la espera de algo ya no novedoso: La muerte. Cuarto 77. cuarto 77. cuarto 77. Cuarto 77. Hoy el Tzolkin anuncia que es mi día y tu día....Odio los domingos en hospital y más por la mañana.

2 comentarios:

Juan Antonio dijo...

Compañera no cabe otra cosa que dejarle aquí que no sea un afectuoso abrazo... se lo terrible que es de lo que vos estais hablando. Lo dicho UN ABRAZO ENORME!!!

Mariajose Velazquez Zendejas dijo...

Gracias interminables por tu abrazo, hoy una noche como hoy, hace falta...
Y creo que los abrazos no se piden, solos se reciben, gracias compañero.. Me alimentan tus comentarios y se que lees mi blog..
Gracias
Majo